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viernes, 14 de mayo de 2010

LOS GRANDES ÉXITOS SE ALCANZAN CON UNA DOSIS DE LOCURA

A menos de un mes para el comienzo de una nueva Copa del Mundo los corazones empiezan a latir de manera diferente, se aceleran; los cerebros empiezan a carburar de manera especial, dejan de pensar razonablemente. Todos llevados por el pulso de la pasión, la emoción y el sueño de volar en lo más alto del firmamento. Es la locura de un Mundial la que asoma y nadie escapa a su sombra.

Millones de hinchas en todo el planeta contagiados por esta "fiebre" aguardan con avidez el primer silbatazo para que se ponga a rodar la pelota en el continente africano. Ese palpitar que se hace más fuerte en aquellos que tendrán representación en la cita.

Y parece ser ése el sentimiento con el que los nuestros, los albirrojos, viajaron a Europa para la fase preparativa. Durante la corta estadía del reducido plantel de jugadores en suelo paraguayo, se pudo palpar el sueño instalado en quienes llevan la ilusión de todo un país en entrar en la historia gigante de los mundiales de fútbol. Solo basta con escuchar las declaraciones hechas por nuestros "actores" para sentir en ellos el sueño de no regresar con las manos vacías. Textualmente algunos referentes expresaron su deseo de volver a pisar territorio guaraní con la Copa en manos.

Nos emociona saber que existen locos en este país. Hablamos de esa locura sana. Esa locura que permite soñar un poco más de lo racional y razonable. Esa locura que permite ir contra los pronósticos, avanzar contra lo que aparenta lógico. Puedo aseverar que nadie del extranjero pondría a Paraguay como favorito para ganar el Mundial de Sudáfrica. Entonces, quién mejor que nuestro propio plantel de jugadores para soñar locamente, que en lugar de ver la consagración como una utopía, ver que sólo es cuestión de jugar siete partidos y ganar el último.

Todos tenemos derecho a poseer un poco de locura. Esa locura que alguna vez un tal Cristóbal Colón osó tomarla, aún ante la burla de todos, y descubrió un nuevo mundo. Esa locura que la propia Sudáfrica alguna vez tuvo para soñar con organizar un Mundial,aún ante la risa irónica de los más poderosos, y hoy es una realidad. Y así muchos ejemplos podemos enumerar.

Los escépticos preferirán reírse y ponerse de un lado; pero estarán los soñadores, aquellos cuyas mentes cruzan la frontera de lo racional para pisar el terreno de ilógico, de lo que no tiene sentido de ser. Aquellos soñadores entienden que LOS GRANDES ÉXITOS SE ALCANZAN CON UNA DOSIS DE LOCURA, entonces atreverán abordar el tren que viene de remate y cuya última parada será la estación de los campeones.

Yo me sumo a los locos jugadores que dijeron querer volver de Sudáfrica con la Copa. Yo me sumo a esta locura albirroja, que apenas empieza.

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